Desacelera el comercio exterior

para los fabricantes italianos de máquinas, equipos y moldes para materiales plásticos y caucho

+11,4 % para las importaciones y -0,6 % para las exportaciones: este es el balance final del período enero-septiembre de 2018 con respecto al mismo período de 2017, en base a las elaboraciones del Centro de Estudios de Amaplast sobre los datos del comercio exterior publicados por el ISTAT (Instituto Italiano de Estadística).

A pesar de mostrar aún un aumento de dos cifras, las compras desde el exterior evidencian una neta deceleración con respecto al +26 % de marzo y al +23 % de junio.

La exportación sigue siendo débil: en los últimos meses pasó varias veces del signo positivo al signo negativo, con algunas décimas de diferencia.

El saldo de la balanza comercial sigue siendo ampliamente positivo, por 1.620 millones de euros, pero sufre una reducción de cinco puntos porcentuales.

En cuanto a los tipos de maquinaria, sigue siendo excelente la tendencia para las máquinas de inyección, las líneas de extrusión y las sopladoras, mientras que la de los productos auxiliares y los moldes muestra un deterioro general.

El análisis de las macroáreas de destino evidencia que las variaciones más importantes se produjeron en Asia: en sentido positivo en cuanto respecta al Far East (+9,7 %), con buenos resultados especialmente en India y en Corea del Sur, y en sentido negativo para el Oriente Medio (-37,1 %), debido a las menores ventas en los principales mercados, como Arabia Saudí, Irán, Emiratos Árabes Unidos e Israel. En cuanto respecta al continente americano, se observa un avance en el área NAFTA (+6,5 %), gracias especialmente a los buenos resultados de las ventas en México, mientras que retrocede la región centromeridional (-12,9 %), donde se mantiene Brasil pero pierde cuota Argentina.

Se observa un salto adelante en el norte de África (+13,0 %), que se contrapone a la debilidad de los mercados subsaharianos (+0,8 %).

También es poco brillante la tendencia de los suministros a Europa, cuyo resultado global refleja exactamente el de los mercados de los países de la Unión (-1,2 %). Si analizamos más en detalle el área CEI y de los «otros» países europeos, se observa un -12 % para el primer grupo ―esencialmente determinado por la deceleración de Rusia, que interrumpe la recuperación que parecía haberse instaurado― y un +14 % para el segundo.

«La evolución plana de los suministros al exterior del sector no nos sorprende mucho y se coloca en un contexto económico que ha perdido impulso, tanto a nivel nacional como en el ámbito europeo», declara el presidente de Amaplast, Alessandro Grassi. «No es casualidad que también los competidores alemanes estén afrontando una brusca frenada de las exportaciones, que eran de dos cifras en marzo y junio pasados, para redimensionarse a un +4,5 % en septiembre».

El último estudio coyuntural realizado entre los socios de Amaplast evidencia que algo menos de la mitad de la muestra espera un volumen de negocios estable al final del semestre en curso, mientras que un tercio aún espera un crecimiento; en cuanto respecta a la recepción de pedidos, el porcentaje de optimistas se reduce a un quinto del total.

A la luz de este escenario, se prevé un balance final 2018 similar al de 2017 para la industria italiana de máquinas para plástico y caucho, tanto a nivel de producción como de comercio exterior. Un resultado de todos modos positivo, considerando que el año pasado fue el mejor del quinquenio.

Para 2019 las expectativas son prudentes, por dos órdenes de motivos:

  • la incertidumbre del clima económico general, tanto a nivel italiano como europeo (con la perspectiva de las elecciones de primavera), a la que se suma la incertidumbre del escenario mundial debido a las tensiones comerciales entre los principales actores y a las barreras ―tarifarias y no tarifarias― impuestas por estos. Más allá de las cuestiones políticas, la industria italiana de las máquinas para plástico y caucho muestra un crecimiento continuo entre 2010 y 2017, con la excepción de 2013. La tendencia económica global ya nos ha acostumbrado a una cierta volatilidad y la actual deceleración de la demanda no toma a nadie por sorpresa.
  • Otro tema cada vez más actual es el relacionado con la presión hacia un sistema de producción y consumo más virtuoso, en la óptica de la circular economy. Las empresas italianas del sector pueden considerarse listas para afrontar el desafío, ya que están en condiciones de ofrecer instalaciones aptas para procesar no solo polímeros vírgenes, sino también materiales reciclados en porcentajes cada vez mayores, con consumos energéticos reducidos y productos acabados de elevado rendimiento. Por lo tanto, el punto de inflexión hacia la circular economy, que en primera instancia podría presentarse como una amenaza para el plástico, es en realidad una oportunidad de crecimiento para los fabricantes de máquinas, equipos y moldes.

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