Inicio de año cuesta arriba

Para los fabricantes italianos de máquinas para materiales plásticos y caucho

Los datos de las importaciones y exportaciones recientemente difundidos por el ISTAT (Instituto Italiano de Estadísticas) y elaborados por el Centro de Estudios de Amaplast (asociación nacional del sector, adherente a Confindustria – Confederación General de la Industria Italiana) evidencian que, en los primeros tres meses del año, los flujos de comercio exterior se deterioraron progresivamente, hasta alcanzar en marzo un valor acumulado que muestra una caída de siete puntos para la importación y de trece para la exportación, con respecto al mismo período de 2019.

Posiblemente se trata solo de los primeros efectos ―cuyo pico es probable que se alcance en los próximos meses, con una cola que se extenderá por más tiempo― de la crisis causada por la pandemia de Covid-19 que, desde el punto de vista sanitario, parece no haber superado aún la peor fase, especialmente en el continente americano. Es precisamente en esa área geográfica, así como en Asia, que se observa un desplome de las exportaciones italianas del sector: -27 % y -28 %, respectivamente.

El escenario actual es el de una economía mundial en recesión, con inversiones paralizadas también en el sector del plástico y el caucho, especialmente en cuanto respecta a algunas aplicaciones importantes, como el sector automovilístico y la construcción, caracterizados por una demanda extremadamente débil. Por otra parte, como es obvio, se observan buenos resultados en el sector médico y en la producción de recipientes para la higiene y para detergentes (en general, se mantiene el sector packaging).

Un análisis más profundo de los principales mercados de referencia en las dos áreas citadas, expuestos en orden decreciente de valor, muestra las siguientes caídas en el mercado americano:

  • 24 % en Estados Unidos
  • 16 % en México
  • 37 % en Brasil

En el mercado asiático, por el contrario, se observa:

  • -27 % en China
  • -6 % en India
  • -75 % en Indonesia

En cuanto respecta al continente europeo en su conjunto, el retroceso fue del 4 %, con los siguientes resultados para los principales destinos:

  • -3 % en Alemania
  • -40 % en España
  • -21 % en Francia
  • +40 % en Polonia
  • +8 % en Reino unido
  • un sorprendente +218 % en Rusia que, sin embargo, ya en el pasado había mostrado fuertes desviaciones, en uno u otro sentido.

Las ventas en África se mantuvieron invariadas en su conjunto, si bien los dos principales mercados mostraron un retroceso:

  • del 20 % en Marruecos, destino relevante en la zona mediterránea;
  • del 28 % en Sudáfrica, mercado importante en la región subsahariana.

Después de un 2019 en retroceso, con una caída de la producción y de la exportación de seis puntos (un resultado esperado, después de un ciclo de crecimiento de ocho años), evidentemente no será 2020 el año de la recuperación para la industria italiana de las máquinas para plástico y caucho, uno de los principales segmentos de la mecánica instrumental del país. Es difícil hacer previsiones: casi seguramente no será en 2021 que se volverá a los niveles previos a la crisis, y una plena reactivación se concretará probablemente recién en 2022.

Por otra parte, la caída de los pedidos observada en las últimas semanas tuvo un efecto prácticamente inmediato para los fabricantes de productos auxiliares, mientras que los proveedores de maquinarias e instalaciones complejas y de mayor valor la sentirán más adelante, a lo largo de 2021.

La incógnita sobre la duración y la intensidad de la pandemia en las diferentes áreas geográficas (así como la posibilidad de que vuelva a presentarse en nuevas olas en los próximos meses) genera gran incertidumbre en los clientes extranjeros de los fabricantes italianos de máquinas para plástico y caucho, cuyas ventas fuera de fronteras representan en promedio el 70 % de la producción, con picos del 90 % para determinados tipos de instalaciones. La reducción de los pedidos se relaciona con las limitaciones a las que aún están sujetos los desplazamientos de personas, que llevan a la ralentización o aplazamiento de las instalaciones y de las obras de mantenimiento, comportando ―entre otras cosas― retrasos en los pagos.

Naturalmente, la situación no es mejor para el mercado interno, ya estructuralmente débil, que por el momento no parece obtener un beneficio inmediato y consistente de las medidas extraordinarias tomadas por el gobierno para hacer frente a la crisis.